Adrián Bravo fue el Editor Jefe de la desaparecida Editorial Ábaco. Éste es su comentario:
Bueno, heme aquí para hacer lo que se me ha pedido.
Partimos de una premisa básica para el subsiguiente análisis. Es la siguiente: La Elegida de los dioses es una novela moralizante (casi fábula) dirigida a un público infantil. El lenguaje encaja con este tipo de novela.
Esto no es en absoluto negativo. Las tres primeras de Harry Potter son novelas infantiles, pero las disfruté intensamente. Vista la premisa, entremos en la novela.
Detrás de los personajes que nos presenta el autor y la trama, subyace una idea firme que se afianza hacia la mitad de la obra y se mantiene hasta el final. Un resumen de la historia religiosa occidental latente bajo la máscara de una aventura épica. Del politeísmo al monoteísmo. Este guiño histórico me ha gustado mucho.
No todo van a ser rosas. La novel padece, en el ámbito tipográfico, de numerosas faltas. Comas mal colocadas, comas donde deberían ir puntos, y algunas expresiones un tanto extrañas descolocan al lector y lo sacan del ambiente creado. (Nota del autor: errores corregidos en la última edición)
Los personajes sufren en general de bidimensionalidad; son planos. Salvo D’horim, el resto de actores de la obra carecen de un trasfondo y unas emociones humanizantes que permitan al lector identificarse con ellos. El nigromante oscuro es totalmente anímico. No hay una descripción profunda del personaje, ni de sus motivaciones. No da miedo, no causa impresión y no deja de parecer un segundón malintencionado al que las cosas no le salen como quiere (aunque no sepamos lo que quiere).
El hilo de los acontecimientos da saltos. Personalmente, pienso que podían haberse aprovechado esas lagunas para narrar el viaje. De este modo podría haberse dado algo de relieve a los personajes y profundidad al universo en el que se mueven.
En resumen, una obra con un buen contenido moral; una fábula moderna. Una novela muy recomendable para la juventud, que extraerá una buena lección de ella.