Puerta 59: El año 1858; el lugar, el Parque del Retiro de Madrid. Bécquer ha desaparecido y a nuestros aspirantes a agentes del ministerio les ha llegado la información de que el famoso poeta y escritor de leyendas ha desaparecido ese
El parque está desierto y las patrullas se separan para buscarlo.
-¡Mirad! -exclamá María-. He econtrado una nota.
<<Flores para mi amada,
de la Casa de Campo
he de encontrar.
Luces para mi amada
en la Casa de Campo
las he de hallar>>
Cuando la patrulla de María se da cuenta, ya hay otras que han dirigido sus pasos hasta el centro de Madrid, donde un gran mercado tiene lugar. Es un lugar ideal para preguntar por el escritor así que, retrato de Velazquez en mano, lo buscan por entre los puestos.
En un momento dado, uno de los marcaderes lo distingue, poniendo a la patrulla de Rose en la pista correcta. Miguel, Memé y los demás se dan cuenta y tratan de seguirlas.
-Mirad -dice Ainhoa de repente, señalando algo en el suelo-. Aquí hay huellas frescas.
Aurora y Rose asienten emocionadas. Están muy cerca de encontrar a Bécquer.
-Las huellas se internan en los árboles -observa Aurora-. Tenemos que seguirlas.
En ese momento, y antes de que ninguna de sus compañeras pueda responder, comienzan a escucharse unos gritos en la espesura. Parece el escritor, tienen que ir a buscarlo.
No tardan demasiado en llegar al lugar: un agujero no demasiado grande donde se encuentra el poeta. Tiene el tobillo torcido y no puede andar. Debe llevar algunas horas, pues parece estar delirando.
-¿Qué es poesía…? Dices… ¿Qué es poesía…?
Apenas es consciente cuando lo recogen, lo llevan de vuelta a Madrid y con ayuda de un equipo médico de urgencia curan su problema y lo dejan en su cama como si nada hubiera ocurrido. Ha sido una misión alucinante.