Vivo estresado. Niños por la mañana, niños por la tarde, niños en mis sueños… ruido, regaños, falta de atención, frustración por aprendizajes no adquiridos. Recuerdo a mi amigo Pedro y respiro, pienso, recuerdo. ¿Por qué estoy aquí? ¿Para qué estoy aquí? ¿Qué es lo que amo de mis hijos? ¿Qué es lo que quiero para mis alumnos? ¿Y para mí?
Respiro, pienso, recuerdo, me enfado, respiro, pienso, recuerdo… ¡sonrío!
No vivo estresado, son momentos puntuales que apenas suponen un uno por ciento de mi día a día. No vivo estresado, sólo tengo la sensación de hacerlo.
Respiro, pienso, recuerdo, sonrío… ¡vivo! Soy feliz y lo siento.