Poco se puede decir de las obras de Tolkien que no se haya dicho ya. Por tanto, solo espero dejar mis impresiones por mero placer.
A raíz de la película, y antes de verla, mi mujer se puso a leer la novela y, mientras lo hacía, comentaba admirada algunos de sus capítulos y se daba cuenta de que alguna de las cosas que había leído en otros libros, procedían claramente de aquí. El caso es que, después de algunos de esos comentarios me decidí a leer nuevamente El Hobbit. La última vez que lo hice tendría yo unos veinte años, y después de eso ha llovido mucho. Pero esta vez, decidí leerlo en inglés, y me lo he pasado como un crío.
Y es que Tolkien no escribió esta novela, sino que alguien grabó con un móvil de nueva generación el cuento que este gran maestro le estaba contando y luego transcribió su grabación. No sé si este estilo de escritura tendría hoy salida editorial, pero yo he disfrutado como un autentico enano cada vez que me imaginaba en una cómoda biblioteca con un cómodo sofá, escuchando frente a la chimenea encencida cómo me contaban esta bonita y magnífica historia. Como le sucede al protagonista, The Hobbit tiene mucho más en sí mismo de lo que el mismo cree tener.
Recomendable para todos aquellos que sepan leer.