Hace ya algunos meses, no recuerdo cuantos pero los suficientes- que el cerebro no hace más que recordarme cosas. Al principio no le di importancia -¡qué voy a hacer eso con lo ocupado que estoy-, pero es que hemos llegado ya a cotas insospechadas.

Resulta que ahora, basta un olor sutil, un par de acordes familiares o una imagen en mi retina para hacer explotar mi mente con recuerdos que creía olvidados y que, gracias a Dios- son maravillosos en su mayoría.

No sé por qué cuento estas cosas aquí, tal vez no sea el mejor lugar… o tal vez lo sea, al fin y al cabo. El caso es que creo que todo esto es nostalgia, esa morriña que dicen los gallegos y que en mi tierra siempre hemos asociado al sueño, a la modorra. Sueño, quién sabe, quizá solo esté soñando… como ya he dicho tal vez es que tengo algún año más -acabo de darme cuenta de que no lo he dicho, solo he pensado decirlo-, no lo sé. El caso es que hoy me apetecía compartirlo con vosotros, quería recrearme en esta bonita nostalgia.

Un abrazo.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.