En la imposición de bandas del curso de 2º de la ESO de el CEIP Juan XXIII de los Gallardos (Almería), mi compañera María Jesús García pronunció el siguiente discurso. Me encantó y quería reproducirlo aquí:
Queridos compañeros, padres y sobre todo alumnado de 2º de ESO:
«Cuando cada año me corresponde como tutora despediros del Colegio, se me hace más difícil encontrar las palabras que puedan explicar el cúmulo de sentimientos y sensaciones, llenos de luces y de sombras que se agolpan en mi mente y en mi corazón. Por ello hoy no voy a hablar de Mickey Mouse sino de Pepito Grillo, un personaje del cuento de Pinocho que de vez en cuando aparecía en escena para tocar la conciencia del muñeco y hacerle reflexionar sobre la trascendencia que podían tener sus comportamientos y decisiones en su vida.
A lo mejor pensareis que no es el momento más adecuado ni la ocasión más oportuna. Lo que vosotros esperáis oír quizás son frases como estas: ¡Que bien lo hemos pasado! ¡Cuánto hemos aprendido! y ¡Nunca os olvidaremos!, pero… todo a su tiempo.
Quiero dedicar unos momentos a poner un toque de atención sobre nuestra realidad que estamos viviendo y eso hace que nos sintamos todos implicados en tomar conciencia de que la sociedad de hoy en día no solo cambia, sino que nos arrastra al cambio muy a nuestro pesar en muchos aspectos.
Vosotros padres y madres asistís casi de improviso, a la trasformación de vuestros hijos e hijas en hombrecitos y mujercitas “supuestamente independientes”,”poco comunicativos”, “apáticos”… que también escucháis frases como “déjame en paz” “pues…todos lo hacen”, “no me mandes más que eres una pesada” etc, etc. y en un intento desesperado de justificar esas actuaciones comentáis “no se qué hacer con ellos”, será la edad…. “Están cambiando”.
Nosotros, al profesorado que curso tras curso despedimos a grupos de alumnos como vosotros que abandonan el Colegio llenos de ilusión y de expectativas nuevas, se nos parte el alma cuando los vemos tras la verja porque han cambiado su rumbo.
También nos sentimos impotentes al darnos cuenta que, los valores como tolerancia, compañerismo, amistad, responsabilidad, esfuerzo, honestidad, que día tras día intentamos trasmitirles porque estamos convencidos de que son imprescindibles para su desarrollo como personas, no calan lo suficiente como para hacerlo suyos. Pero, no quiero ni puedo justificar estas circunstancias, achacándolas al cambio.
Y vosotros, queridos alumnos y alumnas os preguntareis ¿Qué está pasando?. Pues creo sinceramente que os estamos fallando tanto padres como maestros. Y ¿por qué?. Pues porque “no os queremos bien” y nos falta el valor suficiente para asumirlo y poner soluciones. Si, así de claro, no tenemos suficiente valentía para haceros ver que no podéis confundir la tolerancia con el “dejar hacer”, el respeto con la mala educación, la amistad con los colegas, la responsabilidad y el esfuerzo con la vida fácil, la disciplina con el castigo, la diversión con el botellón, y en definitiva el cariño con los caprichos.
Se hace necesario el esfuerzo y la colaboración entre todos, buscar puntos de encuentro donde se aporten soluciones para afrontar los retos a los que nos enfrentamos. Si desde las familias, la escuela y las instituciones, que rigen en este caso nuestro pueblo, y que son pilares básicos de nuestra sociedad nos pusiéramos en sintonía, quizás podríamos conseguir que la canción sonara de otra manera y que los intérpretes que sois vosotros, la pudierais cantar con otro ritmo. Y para esto… ¿Estamos dispuestos?. Espero que sí.
Y ahora las palabras bonitas, si que os echaremos de menos, sabemos de vuestras posibilidades y de vuestras ilusiones al comenzar una nueva etapa fuera de la escuela. Vuestro camino será distinto, pero no menos apasionante, y para recorrerlo apoyaros en el bastón de “saber que se puede y querer que se pueda”, ante las dificultades del camino,”quitarse los miedos, sacarlos a fuera”, como protector “pintaros la cara color esperanza” y así tentando al futuro con el corazón, comprobareis que la “vida cambia y cambiará”.
Por último, no olvidéis que formáis parte del tronco del olivo que es nuestro emblema y que lleváis grabado en vuestras bandas junto al corazón. Por eso solo os pido una cosa para poder comprobar que nuestros esfuerzos han merecido la pena, que seáis los primeros “brotes verdes” del olivo de nuestro nuevo Colegio.
Mucha suerte y hasta siempre. GRACIAS»